No todos hemos logrado nuestros objetivos de manera fácil y rápida, siempre ha habido una dedicación de tiempo y mucho esfuerzo para llegar a la meta.
Historias que nos inspiran, hay variedad en el internet, aquí te comparto mi historia:
Siempre sentí curiosidad por el mundo del fitness, pero las responsabilidades de mi vida diaria me impedían dedicarle tiempo a mi cuidado personal. Ama de casa y con un trabajo remoto de tiempo completo, sentía que no había espacio para ir al gimnasio. Además, me intimidaba la idea de entrenar en público ya que mi cuerpo robusto me avergonzaba del que dirían los demás, no sabía por dónde empezar. Sentía que el gimnasio era un lugar lleno de expertos y máquinas complicadas que me harían destacar por mi inexperiencia y mi ya MUY notable cuerpo obeso.
Me sentía insegura, cansada de la rutina diaria, lo que hizo que postergara una y otra vez mis deseos por hacer fitness, pero en el fondo sabía que tenía que comenzar YA! ,sino el tiempo pasaría y cada vez mis kilos de más, se hacían notables. Quería demostrarles a todos que YO SÍ podía cambiar, que podía verme más vital, más fuerte, llena de energía, y todo esto sin descuidar a mi familia.
Un día, mientras navegaba por redes sociales, me topé con un video de una muchacha que promovía entrenamientos en casa, así que pensé «¿Por qué no intentarlo? Al menos no tengo que salir de casa y nadie va a verme si fallo.» Con esa idea me propuse dar el primer paso.
Acomodé un lugar en la casa, para ser más específica, elegí la sala, la limpié, amplié el espacio quitando algunos muebles innecesarios, aspiré la alfombra, puse la laptop sobre la mesita y listo! ya tenía todo para comenzar. Al principio no fue nada fácil, sentí que me faltaba el aire… mi cuerpo comenzó a temblar y…vamos! estuve tanto tiempo sin actividad física, que esperaba entonces? En más de una ocasión pensé en renunciar, pensé que los ejercicios no eran para mí, que todo era una ilusión, quienes me conocían se reirían de mí, etc.
Pero tan pronto como acabaron los 25 primeros minutos del video, y satisfecha porque acababa de dar el primer paso, me dí cuenta que ya no habían más videos de ese canal. » Ups! y ahora?», me dije a mí misma, me senté sobre la alfombra, y de inmediato, busqué más canales con el mismo contenido o similares, no sé cuánto tiempo pasé buscando y buscando videos más completos, pero todos tenían contenido general.
Casi todos los canales de fitness tenían métodos diferentes, con rutinas diferentes y eso me llevo a la confusión que estuve a punto de abandonarlo todo!
Vamos! a quién no le pasa esto?
Ya al día siguiente, más calmada y con más determinación busqué cursos o programas en linea que pudieran ayudarme a bajar de peso, a lograr mi objetivo ( si ya dí el primer paso el día anterior, NO podía permitirme renunciar tan rápido), encontré muchos programas en linea algunos con más información que otros, y claro, ninguno gratuito, todos tenían un precio.
Es difícil elegir un producto, no sabes con qué sorpresas inesperadas te vas a encontrar luego de haberlo comprado, sobretodo si es un producto en línea, verdad?, y finalmente me decidí, compré lo que me ayudaría a verme mejor.
El inicio de un nuevo hábito
Empecé con lo básico: una rutina sencilla de 15 minutos que incluía ejercicios de bajo impacto como estiramientos, sentadillas y abdominales. Al principio, me sentía algo torpe y empecé de si estaba haciendo los movimientos correctamente, pero rápidamente me dí cuenta de que lo más importante era la constancia, la disciplina y el esfuerzo. Poco a poco, fuí agregando más ejercicios y aumentando el tiempo de mis entrenamientos. Aunque los resultados físicos tardaron en llegar, la sensación de bienestar y la mejora en mi energía me llenaron de satisfacción.
A medida que iba pasando el tiempo, después de la primera semana de entrenamiento ,noté algo más importante: me sentía más relajada, dormía mejor y mi energía durante el día había aumentado considerablemente, la sensación de cansancio y pereza había comenzado a disminuir. Aunque no había una transformación inmediata en mi físico, comencé a notar cómo mi mente se sentía más despejada y mi estrés disminuía. Tan pronto los resultados comenzaron a llegar como: completar un entrenamiento o sentir menos cansancio por las tardes, me motivaron a seguir.
La evolución
Con el tiempo, fui explorando diferentes tipos de entrenamiento: ejercicios de fuerza, pilates y más adelante, sesiones de HIIT. Todo desde la comodidad de mi hogar. Mi rutina diaria se volvió su momento especial, lejos del estrés del trabajo.
Pronto mi físico comenzó a notarse, los kilos de más se convirtieron en kilos de menos, quienes me conocen se impresionaron al verme, No faltaban sus frases de felicitación o sus preguntas: «cómo lo hiciste?», » qué comes? «, «quién es tu entrenador?», etc.
Resultados y Cambio de Mentalidad
A los seis meses, no solo había perdido algunos kilos, sino que también me sentía más segura de mí misma. Había aprendido a disfrutar del proceso, no solo de los resultados. Más importante aún, entendí que cuidarse no era un lujo, sino una necesidad fundamental para sentirme bien y segura de mí misma.
Comprendí que si se quiere estar saludable emocional y físicamente, hay que hacer ejercicio físico y cambiar la dieta alimenticia, y sobretodo hay que ser constantes, que no es solo una cuestión de estética, sino de SALUD. Ahora, entrenar no es una obligación como al principio, sino un momento para reconectarme conmigo misma y mis semejantes, de liberar el estrés acumulado.Hoy me siento fuerte, equilibrada, paciente, ya que el fitness ha cambiado muchos aspectos de mi vida y eso me da confianza para seguir creciendo.
Hoy en día ,motivo a otras mujeres a intentarlo, animándoles a cambiar su estilo de vida, inspirándoles con mi historia. Mi mensaje es claro: «No hay excusa para no hacer fitness, si no puedes ir a un gimnasio por las razones que fuera, solo necesitas empezar, aunque sea con cinco minutos al día. Si yo pude, tú también».
Seguramente tú estas en la misma situación en la que yo me encontraba, te recomiendo que eches un vistazo a este programa, suerte!